Si quieren mandar archivos, fotos, música, etc. mandenlo a este mail: jmsanisidro@gmail.com

domingo, 26 de agosto de 2007

Carta

Confidentia, Agosto de 2007

Hace un tiempo que vengo pensando en escribir alguna reflexión general sobre algunas observaciones que vengo haciendo, comentarios que escucho, dudas que surgen en muchos y estaba esperando algún acontecimiento para poder hacerlo.

Esta semana una vez más la MTA nos regaló su protección al cuidar a Tete y a Clari del leve accidente donde nadie salió lastimado.

Ahora para mí esa fue la oportunidad de poder escribir algo. Le pregunté a Tete si me “autorizaba” a “usar” ese hecho para esto y me dijo que le parecía perfecto.

No es necesario aclarar que no es un “palo” ni nada por el estilo. Es poner por escrito lo que muchos piensan, especialmente uds., y que me dicen muchas veces por lo bajo, pero que falta hacerlo público y la idea es que nos sirva a todos para hacer una reflexión común.

Ahí va…

He ido observando en este tiempo que muchos de nuestros “jefes” (en el sentido de Kentenich – no el que tiene cargos sino el que quiere encarnar un determinado espíritu/ideal) están disconformes con el estilo de vida que llevan. Hacen cosas que no están de acuerdo, que no quieren, que no comparten, que dejan insatisfechos, pero de lo que no pueden salir. Es como un círculo vicioso. Me preocupa y mucho ya que muchas cosas las comparto en cuanto a las observaciones. Lo quiero poner claro: Veo que hay un “exceso” de salidas, vida al mango, transnochadas cualquier día de la semana, pérdida de una forma de ser, de vivir, podríamos decir una cierta incoherencia: proclamamos una cosa y vivimos otra. Además en muchos casos se ve una masificación impresionante: si alguien dice algo o levanta su voz en contra de este estilo o quiere llamar a la reflexión es enseguida “callado” con frases como “exagerado”, “todo sano”, “no pasa nada”, “cualquiera…” , etc. que denotan una pérdida de sentido autocrítico muy grande y una inmadurez profunda.

Por otro lado cada vez más escucho gente que me llama la atención con comentarios como “los de Schoenstatt estaban todos borrachos”, “se estaban chamuyando…”, etc y lo más grave es el exceso de alcohol: se toma y se maneja como si nada. Personalmente creo que es una falta muy grave a nivel moral: soberbia sofisticada (“a mi no me pasa nada”, “yo lo controlo”); idiotez (para hacer facha) e irresponsabilidad (puedo matar a otros y no me interesa).

No quiero seguir ya que uds. saben muy bien a que me refiero. Completen la descripción con las propias experiencias.

Uds. me conocen y saben que mi idea es llamar a la reflexión, a que veamos que nos pasa. Estamos proclamando un cambio profundo en la sociedad, en el mundo y no podemos cambiar el mundo interior. ¿Qué nos pasa? ¿Hacia adonde vamos? ¿Qué buscamos?

Me parece que debemos plantearnos cada uno profundamente esto. Si creo que debemos tomar esto como un llamado de atención importante. No es el fin del mundo, no es que esté todo perdido, no es que no podamos cometer errores, pero no podemos aceptar no ser concientes y dejar que las cosas ocurran.

Queridos changos/changuitas, uds. saben que mi confianza en cada uno de uds. es total pero hoy quiero decir con mucha fuerza y decisión y asumiendo la responsabilidad: Tenemos que crecer.

Muchos de uds. me comentan que se sienten muy disconformes con esto. Reaccionemos. Tengamos criterios de conducta, un estilo de vida digno de un hijo de Schoenstatt.

Por otro lado seguimos luchando y trabajando por los más altos ideales, por aquello que nos mueve el corazón: tenemos nuestros grupos, ramas, etc. y veo con mucha alegría la conciencia y responsabilidad que esto despierta en muchos. Esto me llena de orgullo y lo aplaudo. Sé que en el futuro Schoenstatt está en buenas manos. Lo tengo muy claro y lo destaco fuertemente.

Hasta acá mi reflexión: Sé que muchos no estarán de acuerdo, que pensarán que soy un exagerado, pero me parece importante marcar esto ahora fuerte y que veamos como seguimos, que nos lleve a una reflexión comunitaria.

Alguno se preguntará por qué le llegó a él este email. Lo mando en general. No es a nadie en particular ni tampoco por ningún hecho concreto: es una visión general. Uds. pueden reenviarlo a quién quieran.

Estoy dispuesto a hablar el tema con quienes quieran, en un encuentro o a nivel particular.

Les mando un fuerte abrazo y mi bendición,

P. Pablo Javier Pol

No hay comentarios.:

¿En cuánto tiempo conquistamos el Ojo del Padre?